
Cuando hablamos de reciclaje de metales, uno de los conceptos básicos que conviene conocer es la diferencia entre metales ferrosos y no ferrosos. Esta clasificación no solo tiene un interés teórico, sino que marca la manera en la que se reciclan, el valor que alcanzan en el mercado y los usos que tienen en la industria.
Comprenderlo ayuda a entender por qué determinados residuos metálicos se pagan mejor que otros y qué ventajas supone gestionarlos correctamente. Para entender sus diferencias, primero hay que saber qué son exactamente los metales ferrosos y no ferrosos.

Metal ferroso
El metal ferroso es aquel que contiene hierro en su composición, de ahí el adjetivo “ferroso”, que proviene de la palabra ferrum en latín.
Las principales características del hierro, y otros metales que lo contienen, es el magnetismo y su gran resistencia. Son materiales imprescindibles en sectores como la construcción, la automoción o la fabricación de maquinaria pesada.
El punto débil de los metales ferrosos es la corrosión, tienden a oxidarse con facilidad cuando están expuestos a la humedad y al oxígeno, lo que limita su durabilidad en determinados entornos.
Metal no ferroso
Una vez definido “ferroso” es fácil deducir que los metales no ferrosos son aquellos que no contienen hierro en su composición. Los más comunes y reciclables son el cobre, aluminio, zinc o latón.
Se tratan de metales con una buena conducción tanto térmica como eléctrica, y presentan resistencia a la corrosión. Los hace especialmente útiles en entornos donde la atracción magnética sería un problema, o, en caso del aluminio, el peso del metal es una característica a tener en cuenta.
Respecto al ámbito económico, estos metales suelen tener un valor más alto en el mercado, aunque su disponibilidad sea menor, y su precio está condicionado por varios factores.

La correcta gestión de los metales
Conocer la diferencia resulta útil para hacernos una idea general de cuánto puede costar el metal, pero lo que realmente importa es cómo se gestiona ese elemento una vez llega al final de su vida útil. Una gestión adecuada reduce el impacto negativo en el medioambiente al reducir emisiones y no abusar de los recursos finitos del planeta.
En Ferrallas BP ayudamos a que esa clasificación no sea un problema, sino una oportunidad: recuperamos tanto metal ferroso como no ferroso valorando los metales de forma transparente y asegurando

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